miércoles, 28 de marzo de 2012

RESULTADOS DE UNA REVOLUCION AGRICOLA SOSTENIBLE

Para que la revolución tecnológica tenga éxito, el Estudio encuentra que ésta deberá ocurrir en un plazo de tiempo corto dadas las crecientes presiones sobre la ecología. Para inducir el desarrollo y adaptación de nueva tecnología, el Estudio sostiene que los gobiernos deberán jugar un papel central, tanto a nivel nacional como a través de una mayor cooperación internacional.
Mantener el status quo no es opción; aun si paresemos los motores del crecimiento ahora, la degradación de los recursos naturales y la contaminación ambiental continuarían debido a los métodos de producción y hábitos de consumo existentes. Sin una mejora drástica en el desarrollo y difusión de tecnología ecológica, no será posible revertir la destrucción actual de la ecología y el medio ambiente y asegurar un nivel de vida decente para toda la humanidad, hoy y en el futuro.

La transformación a energía ecológica


Es urgente una transformación de fondo de las fuentes de energía a nivel global para prevenir una catástrofe planetaria. Es necesario acelerar la adopción de la tecnología ecológica existente y el desarrollo de nueva tecnología para mejorar la eficiencia en la producción y uso de energía esto a fin de hacer un uso más sostenible de los recursos naturales y minimizar la emisión de gases contaminantes. Actualmente 90 por ciento de la energía se produce con tecnología contaminante que utiliza combustible proveniente de fósiles, responsable del 60 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono. El Estudio señala que reducir el uso de energía y la emisión de gases de efecto invernadero, requiere cambios drásticos en los patrones de consumo, en los sistemas de transporte, en la construcción de vivienda e infraestructura y en los sistemas de agua y saneamiento.





PERSPECTIVAS



En lo que concierne a las perspectivas de futuro, lo primero que hay que plantearse es si con la puesta en valor de nuevas tierras de cultivo, la extensión de la revolución agrícola y el desarrollo de formas ambiental y económicamente sostenibles de agricultura con un gran valor añadido, tanto en los países desarrollados como en desarrollo, será posible técnicamente aumentar la producción mundial de alimentos para satisfacer las necesidades, en cantidad y calidad, de la población humana mucho más numerosa de los decenios futuros.
La segunda cuestión es si estos acontecimientos que se producirán en la esfera de la agricultura tendrán lugar en unas condiciones económicas y sociales que permitan finalmente a los sectores de población más desfavorecidos acceder a alimentos suficientes.
Tras un proceso de modernización que se prolonga desde hace 50 años, la producción agrícola mundial es más que suficiente para alimentar adecuadamente a 6 000 millones de seres humanos. La producción de cereales por sí sola, que ascienden a unos 2 000 millones de toneladas o 330 kg por persona y año, y que representan 3 600 kcal por persona y día, podría cubrir ampliamente las necesidades energéticas de toda la población si estuviera bien distribuida20. Sin embargo, la disponibilidad de cereales varía muy notablemente de unos a otros países: es de más de 600 kg por persona y año en los países desarrollados, donde se utiliza en su mayor parte como pienso, pero se reduce a menos de 200 kg por persona y año en los países más pobres. Además, dentro de cada país, el acceso a los alimentos o los medios para producirlos es muy desigual. Por ello, hay segmentos importantes de población que carecen en muchos países de los alimentos necesarios. Por otra parte, como ya se ha señalado, la mayor parte de los 830 millones de personas que sufren de subnutrición crónica pertenecen a la comunidad agrícola pobre.

La seguridad alimentaria mundial está determinada por los métodos de producción de los agricultores pobres y por el poder adquisitivo de los consumidores de escasos recursos.


Por consiguiente, el problema de la seguridad alimentaria mundial no es a corto plazo un problema técnico, ambiental o demográfico, sino ante todo un problema de carencia de medios de producción por los campesinos más pobres del mundo, que no pueden satisfacer sus necesidades de alimentos. Estriba también, por tanto, en la falta de poder adquisitivo de otros consumidores pobres de las zonas rurales y urbanas pobres, en tanto en cuanto la pobreza de los no agricultores es consecuencia también de la pobreza rural y de la emigración desde las zonas agrícolas.
La transición demográfica (es decir, la disminución de la fecundidad y, por tanto, del crecimiento demográfico) que se inició hace largo tiempo en los países desarrollados y que está tomando cuerpo en los países en desarrollo, ha llevado a muchos demógrafos a predecir que la población mundial alcanzará unos 10 000 millones de habitantes en 2050 y se estabilizará en torno a los 12 000 millones en la segunda mitad del siglo XXI, esto es, el doble de la que existe en el año 2000. Los expertos consideran que habrá que triplicar la producción21 para poder eliminar el hambre y la malnutrición y alimentar adecuadamente a una población que habrá duplicado su tamaño, más vigorosa y de mayor edad.
Cabe preguntarse, pues, si las necesidades de la humanidad superan la capacidad de nuestro planeta desde el punto de vista de los recursos de tierras y aguas. En efecto, muchas regiones ya están totalmente explotadas y en algunos casos peligrosamente sobreexplotadas y degradadas (erosión, disminución de la fertilidad orgánica, contaminación, etc.).
Al mismo tiempo, hay muchas regiones con un importante potencial que no están explotadas o se encuentran infrautilizadas. Los datos de la FAO indican que no sería difícil ampliar notablemente la agricultura de secano y de regadío en varias regiones sin perjudicar al medio ambiente, especialmente mediante una utilización adecuada de la tierra22.
Además, la revolución agrícola actual todavía puede producir altos rendimientos en muchas regiones, aunque desde luego es necesario corregir sus excesos. Se puede extender a nuevas tierras en los países en desarrollo y puede incluso poner en cultivo tierra abandonada en los países desarrollados (terrenos montañosos y pedregosos) a condición de que se diversifiquen y adapten sus recursos biológicos y mecánicos. También la revolución verde en su forma clásica puede conseguir todavía progresos importantes en lo que respecta a los rendimientos y la superficie en regiones donde ya se ha desarrollado.

Una nueva revolución verde debería extenderse a las regiones y los agricultores de escasos recursos, y a especies y variedades «huérfanas» que anteriormente se dejaron de lado.


Se podría iniciar una segunda revolución verde en todas las regiones olvidadas hasta ahora, incluso las más desfavorecidas, siempre que se lleve a cabo un estudio pormenorizado de los sistemas agrícolas, las experiencias, los activos, las limitaciones y las necesidades de los agricultores de esas regiones de escasos recursos, que sirva como base para adoptar los proyectos y políticas apropiados y que se aplique decididamente la selección a las especies «huérfanas» y a variedades y razas adecuadas para esas regiones. Algunos hablan de la revolución «doblemente verde» o «siempre verde» para referirse a esta renovación y revitalización profundas de la revolución verde con el fin de que se extendiera a regiones, poblaciones y especies vegetales y animales hasta ahora descuidadas.
Considerando estas formas diferentes de progreso agrícola y la experiencia de los últimos decenios, algunos economistas -muy influyentes en los últimos veinte años y que llevan al extremo el liberalismo optimista- creen que el aumento de productividad y el descenso de los precios agrícolas reales derivados de la liberalización del comercio y de la intensificación de la competencia internacional determinarán una abundancia de alimentos a bajo costo para la mayoría de la población del mundo. Creen también que la redistribución de los ingresos y la asistencia a los más pobres supondrá, a corto y medio plazo, la reducción del número de personas aquejadas por el hambre y en situación de extrema pobreza.
En una perspectiva a largo plazo, con una circulación de capital sin restricciones, el desarrollo de la industria y del sector de los servicios será suficiente para eliminar el desempleo y la pobreza masiva en todo el mundo y para producir una cierta convergencia del desarrollo humano en las diferentes regiones del planeta.
Sin embargo, la liberalización que se contempla se refiere únicamente al movimiento de mercancías, servicios y capital, pero no al libre desplazamiento de la masa de trabajadores poco cualificados excluidos del sector del campesinado en los países en desarrollo; tampoco comporta el acceso sin límites de los campesinos excluidos de la agricultura en el Sur a la tierra, infraestructuras, crédito y empleo del Norte.
Si bien es cierto que en el mundo actual prevalece el liberalismo optimista, muchos economistas consideran esta perspectiva como un espejismo inalcanzable. Aparte de las imperfecciones de los mercados reales (mayores economías de escala, monopolios, monopsonios, asimetría de información, costos de transacción), no se puede ignorar que en el lapso de sólo unos decenios, los mercados internacionales de alimentos han podido absorber vastas entidades económicas históricas nacionales y regionales, con importantes disparidades en cuanto al desarrollo y la productividad. En esas condiciones, los precios del mercado internacional de los productos agrícolas, que han caído a su nivel más bajo, han contribuido a hacerlos más accesibles a los consumidores, pero al mismo tiempo han llevado a un desarrollo interrumpido, al empobrecimiento y, por último, a la exclusión de capas importantes de los sectores campesinos más desfavorecidos del mundo.
En los últimos veinte años de movimiento libre de mercancías, servicios y capital, pero no de personas, el éxodo agrícola masivo ha excedido con creces la capacidad de acumulación de capital y de generación de empleo de la economía mundial, particularmente en los países del Sur, y al mismo tiempo se han ampliado las disparidades entre los países y dentro de ellos, así como la incidencia de la pobreza masiva23.
La experiencia de los últimos decenios pone también de manifiesto que la ayuda internacional, los proyectos de desarrollo y las políticas de redistribución de los ingresos no han conseguido erradicar la pobreza y el hambre, a pesar de sus aspectos positivos y de sus éxitos innegables. En particular, la asistencia dirigida a los grupos sociales vulnerables, que se ha acompañado de medidas de ajuste estructural y políticas de estabilización, ha quedado lejos de conseguir sus objetivos.
Por consiguiente, si en los inicios del siglo XXI continúa la liberalización del comercio de alimentos, mercancías y servicios, y de capital, sin el libre movimiento de personas y sin ofrecer los medios materiales y reglamentarios para que todo el mundo pueda gozar de los derechos económicos básicos, no cabe esperar sino que persistan la extrema pobreza y la subnutrición crónica en las zonas rurales durante mucho tiempo y que se perpetúen el éxodo agrícola, el desempleo y los bajos salarios en los países más pobres que tienen pocos recursos (o ninguno) aparte de la agricultura. Esto contribuirá a mantener muy bajos en esos países los precios de los bienes y servicios exportados, así como los ingresos privados y públicos, imposibilitando que puedan disponer de los recursos necesarios para proveer los servicios públicos mínimos exigidos para el desarrollo y una buena gestión pública.
A escala más general, la debilidad de la demanda efectiva de esos países, que conforman más de la mitad de la humanidad24, y su participación limitada en el comercio internacional continuarán obstaculizando el crecimiento de ese comercio y dificultarán gravemente el desarrollo de la economía mundial.
Una serie de medidas parecen esenciales para producir un volumen suficiente de alimentos accesibles para 10 000 ó 12 000 millones de personas y para satisfacer sus expectativas en lo que a la calidad del medio ambiente y de los productos se refiere. Hay argumentos poderosos para dar prioridad a los problemas de los agricultores pobres al abordar el desarrollo y la seguridad alimentaria. Rescatar de la exclusión y la pobreza a la mitad más indigente de la población campesina del mundo es un objetivo social y humanitario esencial en sí mismo, pero no es menos importante que esos campesinos puedan desempeñar un papel tangible en el objetivo de la triplicar la producción mundial de alimentos que deberá conseguirse en los próximos decenios. El primer elemento de un planteamiento basado en los agricultores más indigentes supone desarrollar su capacidad para producir alimentos, tanto en volumen como en calidad, para contribuir a mejorar su estado nutricional y como una forma directa e indirecta de crear empleo e ingresos para los grupos más pobres de la población. En la siguiente sección de este capítulo se analizan la importancia de estos objetivos y las medidas de política necesarias para conseguirlos.

NOTAS


3 El incremento neto total de 180 millones de hectáreas es el resultado del aumento registrado en los países en desarrollo y de una ligera reducción en los países desarrollados. Véase FAO, op. cit., nota

8 Estimada en el equivalente de kiogramos de cereales (cantidad de cereales con el mismo valor calórico que los alimentos totales objeto de consideración). La productividad se calcula del siguiente modo: superficie máxima cultivada por agricultor multiplicada por el rendimiento potencial por hectárea de buen suelo, a lo que se restan las semillas, las pérdidas y el cereal necesario para cubrir el costo de los insumos y la depreciación del material. En cada uno de los grandes sistemas, la superficie máxima por trabajador y el rendimiento máximo por hectárea varían entre las distintas regiones, lo que explica por qué varía también en cierta medida la productividad máxima.
9 Mazoyer y Roudart, op. cit., nota 2.
10 El empleo de fertilizante y los rendimientos son muy desiguales en estos dos países: son muy bajos en los Estados Unidos, donde los agricultores disponen de grandes extensiones de tierra, y más elevados en Francia, donde el tamaño de la unidad de producción es mucho más reducido.
En Francia, el empleo de fertilizantes minerales alcanzó la cota máxima a mediados del decenio de 1970 y comenzó a disminuir a partir de ese momento, aunque los rendimientos siguieron aumentando. En la actualidad, se tiende a utilizar los fertilizantes con mayor moderación (mediante un cálculo más ajustado de las necesidades y mediante el fraccionamiento del abono).

12 M. Mazoyer. 1999. Compte-rendu de l'atelier Agriculture, Ressources naturelles, Environnement. Colloque L'enseignement agricole, quels apports à la société? París, Academia Francesa de Agricultura.
13 Los 1 300 millones de personas que se dedican activamente a la agricultura en el mundo solamente utilizan 28 millones de tractores.
14 FAO. 1995. Necesidades y recursos: geografía de la agricultura y la alimentación. Roma.
15 FAO. 1996. Cumbre Mundial sobre la Alimentación. Documentos técnicos de referencia; Unión Interparlamentaria. 1998. Inter-Parliamentary Union Conference - Attaining the World Food Summit's Objectives through a Sustainable Development Strategy, 26 de noviembre-2 de diciembre de 1998, FAO, Roma.
16 M. Mazoyer y L. Roudart. 1997. Evolución de las desigualdades rurales en el mundo y crisis de los sectores campesinos desfavorecidos. Reforma agraria, 1: 7-17. Roma, FAO; M. Mazoyer y L. Roudart. 1997. L'asphyxie des économies paysannes du sud. Le Monde diplomatique (octubre).
17 C. Serre-Duhem. 1995. Les transformations d'un système agraire au Congo: le plateau Kukuya. Instituto Nacional de Agronomía París-Grignon. (Tesis.)
18 L. Roudart. 1998. Origines et transformations récentes des systèmes hydroagricoles de la vallée du Nil en Egypte - Le rôle de l'État. Instituto Nacional de Agronomía París-Grignon. (Tesis.)
20 FAO. El estado mundial de la agricultura y la alimentación. Roma (varios años).
21 P. Collomb. 1995. Population mondiale: conférences internationales et paradoxes du discours démographique. Problèmes économiques, 2.421:
20-23.
22 FAO. 1995. Agricultura mundial: hacia el año 2010. Roma.
23 PNUD. Desarrollo humano: informe (varios años).
24 La población de los países de bajos ingresos con déficit de alimentos es de más de 3 600 millones de habitantes. Véase FAO (1999), op. cit.,
nota 1.



www.fao.org|dcrep|x4400s|x44000s10





REFORMA AGRARIA


Se entiende por revolución agrícola una serie de importantes cambios sucedidos durante el siglo XVIII en los campos de Gran Bretaña, se dice que se inicio ahi puesto que en ese sitio se implementaron algunos inventos (la incorporacion de maquinaria que ayudo a agilizar el proceso de cocecha y sembrado) los cuales a continuación se presentan:
La máquina sembradora del inglés Jethro Tull, auténtico pionero de la agricultura científica y que diseñó esta sembradora en los primeros años del siglo XVIII. Esta nueva sembradora posibilita sembrar rápidamente y colocando la simiente fácilmente en filas que hacen más simples otras tareas agrícolas.
El arado de hierro que posibilita un laboreo más profundo y efectivo. El nacimiento de una potente industria siderúrgica que proporcione hierro barato y abundante será básico para la mejora del utillaje agrario, que apenas había conocido cambios desde tiempos de los romanos. La utilización de caballos en lugar de bueyes acelerará los trabajos agrario.
Las primeras segadoras y trilladoras, que permiten mejorar la productividad de los trabajadores agrícolas. Las importantes mejoras en la producción de hierro y acero los irán convirtiendo en materiales asequibles para la fabricación de maquinaria agrícola cada vez más compleja.
Al principio usaban tracción animal pero luego surgiron trilladores movidas con la máquina de vapor, e incluso en los años finales del siglo XIX se fabricarán tractores que movidos por vapor pueden ser considerados los antecedentes de los tractores con motor de explosiónesto ahozque revolucionarán la agricultura del siglo XX.
Como debe suponerse esto ahorro monetariamente a los propietarios lo que es la mano de obra y no solo eso si no que agilizaba la mayoria de los procesos de siembra y recoleccion.
El cercamiento de tierras comunales, que conllevó su privatización mediante las leyes de cercamiento. La subida del precio de los cereales estimuló a los grandes propietarios a adueñarse de la tierras de uso colectivo para poder producir más e incrementar sus beneficios. Esta privatización comportó la individualización de la producción e incentivó la mejora de las técnicas de cultivo y el aumento de la producción destinada al mercado.
El cercamiento de tierras provocó una concentración de la pròpiedad, que erjudicó a los pequeños propietarios y a los campesinos pobres, quienes perdieron su derecho a usar las tierras comunales. Al no disponer de recursos para ceracr tierras tuvieron que vender sus propiedades y convertirse en jornaleros a cambio de un salario. Como el numero de comapesinos era muy elevado, los salarios resultaban bajos y muchos se vieron obligados a emigrar a las ciudades.


 La introducción de nuevas máquinas y la nueva estructura de la propiedad. La difusión de la rotación de cultivos ( sistema Norfolk), que combinaba la siembra de cereales con plantas forrajeras, permitió suprimir el barbecho, que exigía dejar una parte del suelo sin sembrar para recuperar su fertilidad . Nabos, tréboles y alfafa ayudaron a fijar nitrógeno al suelo y aumentaron la producción de forraje, con lo cual se incrementó también la cabaña ganaderaa cuyo estiercol, a su vez, mejoró la fertilidad de la tierra. La introducción de nuevos métodos se siembra, de nuevas herramientas, de nuevos cultivos y de nuevos fertilizantes permitieron aumentar y diversificar la producción de alimentos.

La rotación de cultivos
La rotación de cultivos



REFORMA AGRARIA EN COLOMBIA


El impacto de la reforma agraria en colombia no ha sido positivo:
En términos de ingresos, pues no se han creado condiciones de acceso al crédito formal.
No ha sido positivo en términos de calidad de vida, por que no se han satisfecho las necesidades y condiciones de acceso y capacitacion a la educacion, estas reforma solo han consistido en al reforma de la tierra lo cual genera impacto negativo sobre las reformas de los directos implicados en estas.

Estas son las principales leyes emitidas por el congreso en el ámbito de una reforma agraria (Balcazar, López, Orozco y Vega, 2001).

1. Ley 200 de 1936, cuyas motivaciones se centraron en la explotación económica de los predios de manera obligatoria, otorgando el derecho de dominio sobre los mismos o su restitución al Estado, y reconociendo el derecho de los trabajadores rurales al dominio de las tierras
2. Ley 100 de 1944, que calificó a los contrato de arrendamiento y de aparcería como de utilidad pública y decretó la ampliación de diez a quince años como causal de restitución al Estado de los predios no explotados
3. Ley 135 de 1961, creó el Comité Nacional Agrario, conformado por representantes de los partidos políticos, del Congreso, la Iglesia católica y las Fuerzas Armadas se fundamentaba en tres lineamientos estratégicos para adelantar el proceso de reforma agraria en Colombia:
a. dotación de tierras a campesinos carentes de ellas;
b. adecuación de tierras para incorporarlas a la producción, y
c. dotación de servicios sociales básicos y otros apoyos complementarios.
Se crea el Instituto Colombiano de la Reforma Agraria (INCORA), como establecimiento público encargado de la gestión en la materia, organismos como el Consejo Nacional Agrario, el Fondo Nacional Agrario (FNA) y la figura de los Procuradores Agrarios.
4. Ley 1ª de 1968 ley, conocida también como de Arrendatarios y Aparceros, contribuyó a agilizar los trámites y procedimientos y fijó nuevos causales de expropiación. Además, sirvió para reglamentar la Unidad Agrícola Familiar (UAF) a fin de proteger y regular la tenencia y explotación de las porciones de tierra distribuidas individualmente a los campesinos beneficiarios, principalmente en lo relacionado con su venta o transferencia.
5. Ley 4ª de 1973, la reducción de los trámites de adquisición de tierras a través de negociaciones directas, la agilización de la adjudicación de tierras a los beneficiarios y el establecimiento de la renta presuntiva agrícola, como una manera de ejercer presión a favor del uso productivo de la tierra y penalizar su apropiación improductiva.
6. Ley 5ª de 1973, mediante la cual se estableció un sistema de financiamiento para el agro a través del Fondo Financiero Agropecuario,
7. Ley 6ª de 1975 sobre aparcería, la cual reformó la Ley 1ª de 1968.
8. Ley 35 de 1982, conocida también como Ley de Amnistía el INCORA fue encargado de la dotación de tierras y provisión de otros servicios a las personas indultadas.
9. Ley 30 de 1988 que en términos generales fija como lineamientos: lograr una acción más coordinada de las instituciones gubernamentales; elevar el nivel de vida de la población campesina; simplificar los trámites para la adquisición y dotación de tierras a los campesinos, eliminando la calificación de las tierras, y proveer una mayor cantidad de recursos al INCORA para el desarrollo de los programas de su competencia.
10. Ley 160 de 1994, El principal cambio consiste en dinamizar la redistribución introduciendo el concepto de propiedad a través del mercado de tierras, mediante un subsidio para la compra directa por parte de los campesinos, El énfasis institucional se centra en facilitar la negociación directa entre propietarios y campesinos.

1. Los factores tradicionales de la producción son las principales fuentes de creación de valor y de riqueza.
2. la distribución de la propiedad de los factores tradicionales (la tierra, entre ellos) determina la distribución del ingreso, así como la distribución del poder político y social.
3. como un corolario del segundo supuesto, para construir democracia, equidad económica y justicia social es imprescindible redistribuir la propiedad sobre los medios tradicionales de producción (la tierra y el capital físico).
4. el alto precio de la tierra, originado en las distorsiones de política y en los privilegios institucionales que están asociados a la propiedad rural, impide el desarrollo de la producción agrícola.

Los principales programas que se han tratado para lograr llevar a cabo un distribución de la propiedad de la tierra son (Heshusius, 2004):



La Titulación:


Lo que se busca con este tipo de programas es aclarar los derechos de propiedad. La principal meta es otorgar títulos de propiedad a aquellos hogares que vienen haciendo uso de la tierra y que no tienen ningún documento formal que establezca la tenencia legal de la propiedad.



Zonas de reserva campesina (ZRC):


La frontera agrícola se expande cuando las oportunidades de supervivencia (dadas las condiciones laborales, de violencia, etc.) son pocas. Las minorías afectadas migran hacia zonas que en muchas ocasiones son ambientalmente frágiles o con alta posibilidad de desastres naturales. Lo que se busca con las ZRC es fomentar y estabilizar la economía campesina en zonas de colonización, controlando no sólo la expansión de la frontera sino también asegurando una mayor participación de las comunidades rurales.



Reforma Agraria:


 ha sido la forma principal de intervención en el mercado de la tierra. Aunque se supone una política estructural que busca una mejor distribución de la propiedad de la tierra, promover mayor eficiencia en los patrones de uso de los suelos y un cambio en la estructura de distribución de las tierras con potencial de uso agropecuario, la claridad conceptual y operacional no va más allá de la búsqueda de una división más equitativa del recurso.

La clase dirigente se ha apoyado durante los diferentes periodos históricos de la evidencia empírica la cual ha documentado la existencia de una relación positiva entre tierra e ingreso (Heshusius, 2004), Sin embargo, en algunos casos, la simple provisión de tierra otorgada a través de una reforma agraria tiene un bajo impacto sobre el ingreso. Estudios empíricos (López y Valdés, 2000) muestran que para ocho países en Latinoamérica, el impacto de la tierra proveniente de una reforma sobre el ingreso per capita, es bastante bajo.

Pero la marcada desigualdad del capital y de la propiedad privada hizo que los latifundistas entorpecieran de diferentes formas las reformas agrarias emprendidas con el contubernio de la clase dirigente, que en su mayoría siempre ha pertenecido a las minorías propietarios de la tierra y del capital, las estimaciones del coeficiente Gini para la propiedad de la tierra, concuerdan con que este está alrededor de 0.77, lo cual es bastante alto para los estándares internacionales, aunque similar al promedio Latinoamericano (0.774).

Un estudio basado en encuestas familiares (Balcazar, López, Orozco y Vega, 2001) encontró entre sus resultados, que en términos de ingreso familiar y per capita, y de indicadores de calidad de vida, los campesinos que son beneficiarios de la ayuda gubernamental y de los planes establecidos de reforma agraria están en peor condición que los que no lo han recibido. Este impacto negativo lo adjudican en parte a la ineficiencia e inoperancia de las entidades responsables de la redistribución y hacen hincapié en la importancia de impulsar tanto los que promueve las capacidades de los campesinos para progresar y mejorar su bienestar, como el ambiente institucional que favorece sus oportunidades de acceso a recursos productivos y, a la tierra en particular, no necesariamente por la vía de la propiedad.

En los archivos del Instituto Agustín Codazzi podemos encontrar que la subutilización es del 30% del total de las tierras y que sólo la mitad de las tierras dedicadas a cultivo, explotan totalmente su potencial. Con respecto a la sobre utilización, encontramos que el 71% de las tierras que podrían ser destinadas a cultivos anuales, son utilizadas para ganadería; cerca de un cuarto de las tierras de pastoreo están ubicadas en terrenos agrícolas de primera calidad, y mas de la mitad de los pastos están localizados en áreas recomendadas para conservación.



UNA MIRADA AL CAMPO

HISTORIA DEL CAMPO


 Colombia situado en plena zona tropi­cal, sin el complejo sistema de montañas andinas que lo atravie­san de sur a norte, el territorio colombiano tendría un clima cálido y altamente húmedo, muy semejante al de la actual selva amazónica o al de algunos países tropicales africanos como el Congo. Las tres grandes cordilleras en que se dividen los Andes sur americanos al cruzar la frontera de Colombia y el Ecuador, modifican la climatología colombiana creando una gama muy variada de climas de altura, cálidos en los valles y cuencas hidrográfi­cas, suaves en las laderas cordilleras medias, fríos y apropia­dos para el desarrollo, de la vida humana en las altas mesetas como la Sabana de Bogotá, donde se encuentra el epicentro de su desarrollo histórico y la actual capital de la nación. Fragoso, áspero, doblado y enfermo, son los adjetivos usados para caracterizar el territorio de lo que será el Nuevo Reino de Granada.
La comunicación y el transporte a través de esta barroca geográfica, ha sido el mayor obstáculo para el desarrollo colombiano, sobre todo, si se tienen en cuenta dos factores: el débil y lento desarrollo demográfico del país durante el período colonial y todavía en el siglo XIX, y el hecho de que su poblamiento, por circunstancias muy particulares de su historia, se hizo a partir del interior andino del territorio, asiento de su más densa población indígena y de sus más desarrolladas culturas, como la chibcha, lo que significaba mano de obra para la explotación de los nuevos territorios, donde además estaban ubicadas sus mejores tierras agrícolas.sólo empezaron a superarse en la segunda mitad del siglo XIX con el establecimiento de la navegación a vapor por el río Magdalena y el todavía incipiente desarrollo de los ferrocarriles, ha tenido para el desarrollo económico de Colombia numerosos efectos nega­tivos, entre los cuales deben destacarse dos: el alto costo de sus productos, sea de los destinados a los mercados externos o a los internos y a la lentitud conque se ha formado un mercado nacional. La agricultura en particular fue afectada directamente por el descenso de la pobla­ción indígena. Ya desde fines del siglo XVI, la escasez de brazos era un problema para las haciendas, aun en las zonas en que la población aborigen fue menos rápidamente diezmada, como fueron las tierras de Cundinamarca y Boyacá. Hacendados y mine­ros vivieron en disputa por el control de la limitada mano de obra indígena, grandes propie­tarios de la Costa Atlántica, del Cauca y del Valle del Cauca, pudieron disponer de recursos para trabajar sus haciendas de ganado y caña con mano de obra esclava. La tecnología agrícola, escasamente sobrepasaba los niveles de la agricultura indígena prehispánica y los de la Edad Media española.

  muchas unidades campesinas son más viviendas de trabajadores que verda­deras bases productivas y que la tierra ha adquirido una gran movilidad, particularmente durante la década de los ochenta, cuando enormes capitales forjados en el narcotráfico presionaron los valores rurales hacia arriba. Al mismo tiempo, sin embargo, la economía campesina ha retenido su importancia y aún se repro­duce en las áreas de frontera, en algunas ocasiones valorizada por los cultivos de marihuana y coca

La frontera agrícola, sin embargo, les es disputada por comerciantes devenidos en latifundistas, lo cual, sumado a la ausencia de los servicios del Estado, contribuye a que la pobla­ción colonizadora constituya la base social más importante del movimiento guerrillero colombiano. Tales regiones se convirtie­ron en los ochenta en escenario propicio de acción de agrupacio­nes paramilitares, frecuentemente financiadas por narcotrafican­tes y apoyadas por latifundistas locales. Es allí, desde el Magdalena medio, el Caquetá y el Putumayo hasta los llanos y las regiones del Urabá, donde se concentran los conflictos más vio­lentos que arrastra a sus poblaciones a condiciones fáciles de muerte e infernales de existencia









PLANTAS EXÓTICAS  DEL MUNDO

El término plantas exóticas se utilizan a menudo para describir las especies de plantas que han sido o están siendo introducidos en las partes del mundo que no sea su rango histórico o documentados por los seres humanos, las especies exóticas que escapan de los jardines a menudo se etiqueta a las especies invasoras .  Sin embargo, este fenómeno es exclusivamente una consecuencia de otras actividades antropogénicas, tales como la escorrentía de fertilizantes o la perturbación del hábitat y destrucción. Sólo los seres humanos y un puñado de especies de mamíferos domésticos (especialmente los gatos y cerdos), han sido directamente responsables de la extinción de otras especies.Algunas plantas an experimentado algún tipo de golpes o choque evolutivo que les han permitido prosperar en una amplia variedad de nichos ecológicos, más que el uno o dos que tenían anteriormente habitadas. Este es un proceso natural, llevado a cabo por las aves migratorias, las corrientes oceánicas, el viento, los ríos, y otros fenómenos naturales. 



raffllessia1.jpgRAFFLESIA ARNOLDII:

Suele crecer en Indonesia, habiéndose prolongado por el sudeste asiático. Esta bonita planta puede pesar hasta once kilos y medir hasta un metro de diámetro, y tiene la capacidad de emitir un olor fétido y calor, dos estrategias que le sirven para atraer a los insectos.


AMORPHOPHALLUS TITANUM:

flor-de-cadaver1.jpgSumatra es el lugar donde la Amorphophallus titanum (o Flor de Cadáver) suele crecer. Esta es la flor más grande del mundo, y puede llegar a alcanzar los dos metros y medio de altura. Puede vivir hasta cuarenta años, y en ellos sólo hace crecer la flor unas tres o cuatro veces. También tiene la peculiaridad de emitir olor fétido
 
 
 

WELWITSCHIA MIRABILIS


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En desiertos de Angola y Namibia crece la Welwitschia mirabilis, una flor única en su género que se extiende ocupando un buen pedazo de suelo. De esta planta crecen nada más que dos hojas, las cuales le permiten absorber el rocío del desierto. Lo más peculiar de ella es que puede vivir hasta 1.000 años, con algunos ejemplares capaces de alcanzar los 2.000 años.

NEPENTES RAJAH

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Extraordinaria planta que crece en Melanesia es una de las insectívoras más destacadas del planeta. La planta captura hormigas, arañas o moscas, pero a pesar de su carácter voraz se encuentra en peligro de extinción


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HYDNORA AFRICANA:

Hydnora africana es una planta parasitaria que crece en el contienente africano, Sudamérica y Centroamérica. Esta planta emite un olor fétido al igual que otras, el cual le permite atrapar a sus presas. Sus frutos son muy sabrosos, y crecen debajo de la tierra.